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Dirigir su propio negocio es atractivo para una generación joven y es más accesible que nunca
(Ad Age) - Hay mucho contenido en las redes sociales sobre los fundadores de la Generación Z. La marca australiana de cuidado de la piel TBH skincare se volvió viral por crear videos divertidos y culturalmente relevantes en los que aparecía su fundadora, la Generación Z. Y la empresa de cuidado menstrual August ha posicionado a la co-fundadora Nadya Okamoto como el rostro de la marca.
Estos fundadores han creado marcas positivas e inclusivas, y sus historias son inspiradoras y al mismo tiempo cercanas. Son honestos sobre los altibajos del emprendimiento, pero también aparecen como aspiracional. No es de extrañar que cada vez más miembros de la Generación Z estén considerando el emprendimiento.
El 78% de los encuestados de la Generación Z en una encuesta de Zen Business de 2023 dijo que ser emprendedor era el trabajo más accesible, y uno de cada tres miembros de la Generación Z dijo en una encuesta de Instagram de 2023 que la mejor manera de salir adelante económicamente era a través de "alguna forma de trabajo por cuenta propia".
El emprendimiento suena muy gratificante, pero también es muy desafiante, inestable y frustrante. Entonces, ¿por qué tantos de nosotros queremos ser nuestros propios jefes? Dos tendencias se destacan.
En el corazón de la cultura
En estos momentos, en las redes sociales se habla mucho del estilo de vida de los emprendedores, que suele definirse como flexible, divertido y lucrativo. Este ángulo positivo suele ser especialmente evidente en el contenido de los fundadores influyentes o fundadores que crean contenido sobre sus trayectorias empresariales.
Además de eso, existe una obsesión cultural con los emprendedores que antes no existía. Los emprendedores son mucho más atractivos y glorificados que nunca. Los emprendedores adornan las portadas de las revistas, tienen un gran número de seguidores en las redes sociales y conceden entrevistas para The Cut.
La conversación en las redes sociales sobre el espíritu emprendedor, junto con el auge del empresario famoso, contribuye a una glorificación y una obsesión cultural con el espíritu emprendedor que ha motivado los sueños de la Generación Z de dirigir empresas.
Si bien algunos fundadores son honestos sobre sus experiencias, otros pasan por alto las partes desafiantes del emprendimiento y, en cambio, optan por mostrar solo el lado divertido: eventos emocionantes, entregas de premios, atuendos elegantes y viajes glamorosos. Si bien el emprendimiento puede ser divertido, también es difícil, y no todos los fundadores siempre pintan la imagen más precisa de sus experiencias en las redes sociales. No obstante, sus historias son muy visibles.
Más accesible que nunca
El sueño de la Generación Z de emprender es ahora más accesible que nunca. Actualmente contamos con una multitud de plataformas y recursos tecnológicos (desde Shopify hasta QuickBooks y Canva) para que prácticamente cualquier persona con una computadora portátil pueda crear un negocio en cualquier momento. Los medios de producción son mucho más fáciles de conseguir que hace 50 o incluso 10 años.
El aumento de herramientas accesibles ha dado lugar a un mercado cada vez más saturado. Con pocas barreras de entrada en muchas industrias, es más fácil que nunca empezar tu propio negocio.
Como resultado, no sorprende que la competencia se haya vuelto más intensa, como ha sucedido, por ejemplo, en los sectores del cuidado de la piel y el maquillaje. Con innumerables marcas que venden productos similares a precios similares, la necesidad de diferenciarse a través de una marca única se vuelve cada vez más necesaria.
Más allá del precio, la marca se convierte en el factor principal en la decisión del consumidor de qué producto comprar.
La obsesión cultural con el emprendimiento, sumada a la accesibilidad de plataformas para iniciar y dirigir empresas, son factores que impulsan a la Generación Z a crear sus propios empleos y emprender, incluso en mercados cada vez más saturados. Construir una marca atractiva y única no es una tarea fácil, pero está al alcance de la Generación Z en un mundo donde el emprendimiento es a la vez glorificado y accesible.