Publicidad > Argentina | COLUMNA EXCLUSIVA PARA ADLATINA
Redacción Adlatina |
Por Anita Pillado
Head of production de BBDO Argentina
Hay algo de la pandemia que se nos impone. Nos obliga al cambio. Nos impulsa. Es una etapa para reflexionar. Nos estamos resignificando en nuestro rol como comunicadores y gestores de ideas. Encontrándonos de un momento a otro sosteniendo una nueva forma de trabajar, aun en la distancia. Algo que hasta hoy nos cuesta mucho.
Es en este sentido que el rol de la producción en general ―y sobre todo del productor de agencia― cobra más significación. En esta nueva actualidad, un productor no sólo produce en el sentido de que ejecuta, sino que también es un “facilitador” de posibilidades. Un colaborador que integra la idea con la posibilidad de hacerla. Es el que sostiene y le da impulso a lo que se va pensando. Hoy nos pesa cómo hacerlo, no cuánto ni dónde. Es que estamos aprendiendo todos. Intercambiando formas, planes, diseños de producción que antes eran impensados y hoy cobran vida. Y nos damos cuenta de que es posible. Esto ha sido beneficioso también para las marcas, a las que les pudimos resolver cosas en poco tiempo y a costos más bajos.
La gran pregunta es cómo será el futuro. En un mundo que nos exige respuestas rápidas, debemos salir a buscarlas, porque no las tenemos. Eso nos lleva no sólo a pensar nuevos diseños de producción (si bien algunos ya estaban en parte entre nosotros), sino también a aceptar que ya no vamos a poder producir del mismo modo. Todo cambió y nosotros también debemos hacerlo. Casi estamos obligados. Acá es donde el trabajo en conjunto con las productoras es clave. Porque no sólo nos acerca, sino que nos obliga de alguna manera a establecer alianzas más fuertes. El partnership como una forma también de relacionarnos en el negocio.
Es un nuevo patrón. Trabajar agencias y productoras en un modelo de realización es fundamental para que podamos seguir manteniendo los mismos niveles de calidad y negocio. Al mismo tiempo, todo esto afecta directamente las ideas. Nunca estuvo más fuerte el lazo entre el creativo y el productor.
El cambio en el mundo de la producción nos lleva a pensar un diseño que se va a imponer: pocas personas en el set, cuidados extremos, protocolos, escenas determinadas y streaming para minimizar la cantidad de gente en el rodaje, entre otras cosas. Todo es algo que aún estamos interiorizando, pero sabemos que va a cambiar. Y ya no seremos los mismos. Ni pensando ni produciendo.
La pandemia, en ese sentido, es altamente paradójica. Nos aleja tanto como nos acerca, nos hace repensarnos para ser mejores, trabajando sin tanto ego y más en equipo. Siendo solidarios con los nuevos paradigmas que se nos están imponiendo. Aun a la fuerza.
Nos estamos deconstruyendo para volver a construirnos. Y esa idea y ese camino me parecen un gran desafío. Algo que todos vamos a aprender a hacer. Ya lo estamos haciendo.