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Redacción Adlatina |

Florencia Crosta: “En momentos de pandemia, cambiar el cómo y no el qué”

La consultora de recursos humanos analiza todos los aspectos del teletrabajo, desde las ventajas hasta la adaptación a esta nueva práctica.

Florencia Crosta: “En momentos de pandemia, cambiar el cómo y no el qué”
Florencia Crosta: “Este nuevo universo imprevisto y un poco caótico aún cambia nuestro paradigma del cómo, pero no debería cambiar el qué de nuestro propósito”.

Por Florencia Crosta
Consultora de recursos humanos, coach con programación neurolingüística y headhunter

 

Han pasado ya treinta días de cuarentena total obligatoria y nuestro mundo se dio vuelta ciento ochenta grados, para adaptarse y acomodarse a una nueva realidad en sólo un mes.

Principalmente, y desde la óptica de los recursos humanos, la de trabajar 100% del tiempo y el 100% de las personas de manera remota. Lo que se llama teletrabajo, que en el mundo es una práctica mucho más recurrente ―como en los países escandinavos, donde hay casi más gente produciendo desde su casa que afuera―, se convirtió de golpe en nuestra nueva modalidad de trabajo.

Aunque aquí ―en Latinoamérica en general― es algo de lo que venimos hablando hace ya algunos unos años, recién hoy, con el imprevisto y lo intempestivo del contexto, tuvimos que salir al ruedo y tomar el toro por las astas. Pero en esto somos buenos, hay que decirlo, en la capacidad de reacción y adaptación. Ahora, saquémosle el mayor provecho posible.

Este cambio de hábito, desde luego, alcanza a la gente y a la empresa. Y no sólo implica ahorros. Para los primeros, de tiempo y costos de viáticos, por ejemplo; y para los segundos, de costos fijos en infraestructura y gastos asociados, entre otros. Si no, algo que también funciona como un atajo a lo que venimos explorando en las agencias: cómo lograr un mejor balance de vida personal y laboral, sobre todo cuando la recompensa económica es más ajustada o limitada. Bien administrado, bien regulado, bien organizado, tiene que servir de vehículo de ganancia para ambas partes. Sobre todo en este último aspecto tan demandado.

Se trata de un cambio enorme, considerando que nuestra industria aún se cuestionaba y tenía dificultades en gestionar políticas de home office bajo el lema o espíritu de que la dinámica de trabajo de los equipos, el pingponeo (me permito la licencia) y lo que va surgiendo en el minuto a minuto requiere tenernos a todos juntos en el mismo espacio.

Y ahora, cuando todo es diferente y no tenemos alternativa, ¿funciona como nos gustaría? Probablemente no, pero creo que tiene más que ver con la falta de hábito respecto a la nueva modalidad que con la dinámica en sí misma. Como todo, es un tema de tiempo para adaptarnos. Poner foco en cómo debemos hacer para que funcione cada día mejor.

Son momentos de grandes oportunidades. De darnos cuenta de todo lo que podemos hacer, cosas que antes no imaginábamos viables para gestionar desde casa. Las agencias están encontrándose en este nuevo orden, y es importante tener un plan sólido que lo acompañe.

Entre otras cosas, aprovechar para ser más líquidos, algo que también ha sido una búsqueda los últimos años cuando hablamos de talento. El cuentas que se sumerge más en la estrategia, el creativo que maneja clientes y entiende del negocio, el productor que pueda pensar en contenidos.

Esto confirma que, si logramos cambiar nuestro punto de vista y ponemos el foco en lo que sí podemos hacer en nuevos contextos, somos aún más poderosos que antes.

Talento y cultura siguen siendo lo más importante y mandatorio para nuestra industria. Este nuevo universo imprevisto y un poco caótico aún cambia nuestro paradigma del cómo, pero no debería cambiar el qué de nuestro propósito.