Publicidad > Argentina | COLUMNA EXCLUSIVA PARA ADLATINA
Redacción Adlatina |
Por Agustina Militerno
Directora general de cuentas de Havas Argentina
En tiempos de Covid-19 se ven exacerbados los roles de género y muchos de los problemas que ya veníamos enfrentando se profundizan, desde el aumento de la carga horaria de las mujeres en las tareas de cuidado hasta el incremento de las denuncias de violencia de género, algo sobre lo que ONU Mujeres está alertando a los diferentes gobiernos del mundo.
Inmersas forzadamente en este contexto, las marcas ven nacer grandes oportunidades: por ejemplo, una deconstrucción acelerada y la posibilidad de hablarles a las audiencias sin pensar en estereotipos.
Según el World Economic Forum, aún faltan cien años para igualar la brecha de género, por lo que no podemos usar la perspectiva de género como si tuviera un botón de on y off. Entender que la perspectiva de género no es un atributo selectivo que podemos optar cuándo utilizar y cuándo no: eso suena más a oportunismo. Esto mismo sucede desde nuestra industria con las marcas, los Femvertising o Pink Washing. Es importante asumir una posición.
Como comunicadores podemos tener diferentes posturas en nuestra vida personal, pero tenemos una responsabilidad ética como profesionales. Necesitamos capacitarnos y estar a la altura de los nuevos desafíos que se nos plantean. Tenemos una ley por cumplir (26.485), que trata sobre la protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, introduce el concepto de violencia simbólica y le otorga entidad legal. No podemos seguir ignorando esto.
Este contexto de pandemia no hace otra cosa que sacar a relucir todos los problemas que tenemos como sociedad. Ya lo vimos con el sistema de salud, el sistema de previsión social y la falta de blanqueo de economía. Un 40% de nuestra población es pobre; y dentro de todo este panorama, los problemas de falta de políticas de género también salen a la luz. Si bien las estadísticas muestran que los varones son los más afectados por el virus a nivel mundial, en nuestro país el 70% del personal de la salud está compuesto por mujeres, por lo cual están más expuestas.
En un contexto de aislamiento social, las mujeres están más vulnerables, al igual que todas las minorías. Esto no hace otra cosa más que revelarnos que necesitamos perspectiva de género para analizar las políticas públicas.
Desde nuestra industria seguimos viendo muchas oportunidades para marcas que adopten la perspectiva de género como parte de su ADN, de su misión y de su visión.
No sabemos cómo será el mundo post Covid-19: lo vamos a descubrir juntos. Pero sí es importante que las marcas le hablen a cada uno desde su propia realidad, no a partir de una realidad estereotipada ni hegemónica. Hay un lugar para nuevas y múltiples voces y no es necesario bajar línea.
Hay empresas que vieron que la violencia de género crece en este contexto de aislamiento y fueron puentes para poder ayudar a través de campañas sin marcas. Porque no es momento de aprovechar, sino de ayudarnos. Es clave entender el rol que queremos tener como marcas y como profesionales en este contexto, y definir qué podemos hacer por el otro.