Publicidad > Global | CATEGÓRICAS DEFINICIONES DEL CEO DE D&AD
Pancho Dondo |
Por Pancho Dondo
Jefe de redacción de Adlatina
(Foto: Monteleone)
―¿Qué número de edición del D&AD Festival es esta con usted al frente?
―La cuarta. Podría considerar la quinta, porque la primera fue como una especie de prueba, con pocos conferencistas. Nos gustó, y a partir del siguiente lo encaramos completo. De esas, ya van cuatro.
―¿Y qué cambios ve?
―Creo que en algunos sentidos no cambió tanto. Porque el corazón de todo el evento es el trabajo inscripto, los miembros del jurado y la Old Truman Brewery, la vieja fábrica de cerveza en que se realiza (*): yo creo que esos tres elementos le dan ese saber especial que tiene el D&AD Festival. Aunque, por supuesto, cada año crece, hay más conferencistas y más material exhibido, y vamos tomando más espacios de la Brewery. Pero el corazón es el mismo, igual que la intención, que consiste básicamente en inspirar a la gente. Que vengan, asistan a las conferencias, vean el trabajo y vuelvan a sus lugares de origen estimulados para hacer mejor su trabajo.
―Pero ese crecimiento necesita mantener el espíritu y la historia del D&AD.
―¡Por supuesto! Y lo logra por completo, pero justamente por eso que no queremos que crezca demasiado. Queremos que evolucione, claro, porque a pesar de que somos una entidad sin fines de lucro todo esto es negocio y el dinero que hacemos nos permite hacer más cosas, y por eso somos ambiciosos al respecto, pero no queremos que crezca más allá de cierto punto.
―¿Y qué ocurrió finalmente con el anuncio del año pasado, la propuesta de convertir D&AD Festival en un megaevento en sociedad con el multimedio The Guardian?
―¡Ahá! ¡Ya veo por dónde va la cosa!
―¿Fue un error estratégico el anuncio del año pasado?
―No, no, ningún error. Lo único que ocurrió fue que se pospuso por cuestiones legales. Pero ocurrirá: en principio, en 2020 ya seremos completamente socios de The Guardian. Pero atención: es un multimedio que comparte muchos de nuestros valores. Custodian un periodismo de excelencia, libre e independiente, así como nosotros abogamos por la excelencia en la creatividad comercial. Al mismo tiempo son también una suerte de entidad sin fines de lucro, pues son financiados por un fideicomiso. Lo nuestro con ellos será una sociedad comercial y una sociedad mediática, y la experiencia y la riqueza que nos proveerán nos ayudarán a expandir el Festival hasta convertirnos en una suerte de festival global de creatividad y cultura basado en Londres: ese es el plan. Que participen no solamente profesionales de la creatividad, sino también interesados en temas como el diseño, la publicidad o disciplinas creativas similares.
―¿Pero no teme que eso implique la posible pérdida del carácter y el prestigio que el D&AD conserva desde hace décadas?
―Es un riesgo, por supuesto. Es un gran riesgo, no puedo negarlo. Pero, a ver, quiero decir esto con cierto tacto: sentimos que hay una especie de hueco en el calendario creativo para un festival de este tipo. La comunidad creativa ya está bien atendida por todos los demás festivales que existen.
―¿Un espacio más que nada en el Reino Unido?
―Sí, especialmente acá. Londres no tiene un evento como el que estoy tratando de describir. Y Cannes Lions, si algo puede observarse desde afuera, es que ha perdido la confianza de la comunidad creativa. Se ha convertido en un encuentro de negocios. Pero usted tiene razón, debemos ser muy cuidados en el crecimiento, y espero que tomemos las decisiones correctas.
―Cannes Lions nació a la sombra de un festival de cine, que se realizaba y se sigue realizando en una ciudad que en realidad es un punto turístico pero no tiene ningún otro vínculo con la industria del cine, como tampoco lo tiene con la publicidad. Y esa es la historia de muchos otros festivales de la industria, entre los cuales el de San Sebastián, que ya no se realiza allí, fue un ejemplo durante muchos años para la publicidad en español. ¿Qué diferencia percibe usted entre hacer un festival siguiendo ese modelo y hacerlo en una ciudad que, como Londres, sí es una potentísima capital global de la industria publicitaria?
―Lo primero que noto, no en su concepción, sino en sus resultados, es que hoy Cannes Lions ya no encuentra en esa ciudad un espacio suficiente para albergar el gigantesco festival en que se ha convertido ni la cantidad de delegados a los que les vende inscripciones. Y a veces ocurre que, aunque usted esté allí y quiera ver a alguno de los mejores conferencistas, no tendrá chance alguna de ingresar a la sala, a menos que comience a hacer la cola tres conferencistas antes. ¿Y qué puedo decir de una ciudad como Londres? Como londinenses, solemos olvidar cuán fantástica es esta ciudad. No nos damos cuenta de que estamos en el corazón de la zona más creativa de Europa, en algunos sentidos. Y a la gente le encanta venir acá, la ciudad tiene el tamaño suficiente para alojar a quien sea y los precios no asustan, porque todo tiene el tamaño suficiente como para absorber mucha gente. Eso quiere decir que la gente que invitamos como conferencista o como jurado casi siempre está feliz de venir acá. Y todo eso nos permite mantener un precio de inscripción por delegado que es infinitamente más bajo al de Cannes, por ejemplo. Tenemos que cobrar, claro, porque de algún lado necesitamos obtener recursos, pero no queremos hacerlo inaccesible. Está claro que nadie puede ir a Cannes Lions salvo que su empresa lo pague. Y siempre invitamos muchísimos estudiantes y gente que sentimos que tiene que estar y no puede afrontarlo. Ese es el plan, insisto: mantener el foco en la comunidad creativa.
(*) Instalada en este lugar en el siglo XVII, en 1853 llegó a ser la fábrica de cerveza más grande del mundo, con una producción anual de 400.000 barriles de cerveza. Hoy The Old Truman Brewery es sede de más de 250 negocios y empresas, que van desde galerías de arte, restaurantes y locales comerciales hasta un espacio para eventos como el que aloja al D&AD Festival.